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Episodio 11 El efecto fan

17 mayo, 2017
efecto fan

Desconozco si existe algo llamado efecto fan. Me he inventado este nombre para describir algo que creo que todos hemos experimentado en un momento dado.

Descubres a alguien, ves su trabajo, te gusta, resuena contigo, lo empiezas a seguir, lo admiras y por lo tanto lo recomiendas a tus amigos y conocidos. Puede ser un escritor, un cantante, un emprendedor, un podcaster, un deportista… Lo sigues a diario en redes sociales, sabes dónde está, donde pasa sus vacaciones, qué está haciendo, etc. Compras sus libros, ves sus videos o le escuchas si además da conferencias. Te inspira, te motiva y quieres aprender de él, ser cómo él o ella, su trabajo te motiva. Puede ser un coach, un emprendedor, un youtuber, cualquier cosa que te llame la atención … Puede que interactues con él/ella, y con suerte quizás algún día te conteste. O no.

 

Estás tan volcado en su proyecto que éste empieza a ser tuyo. Aunque en realidad no lo es.

Piensas que sois algo parecido a amigos. Pero no es así. Nunca os habéis visto en persona.

Crees que estás aprendiendo, que tienes un buen mentor. Cuando muchas veces lo que pasa es otra cosa.

Muchas veces lo que pasa es que simplemente eres su fan.

Una relación siempre depende de dos personas. ¿Qué rol tienes tú y qué rol tiene él o ella?

Si la persona que sigues está en un pedestal demasiado alto, si es una persona muy inaccesible, si nunca contesta un tweet, un correo, si sospechas que lo máximo que tendrás con esa persona será una foto si con suerte te lo encuentras en algún evento que te haya costado 4.000 dólares y 15 horas de vuelo, si te das cuenta de que no te está inspirando porque no tienes un proyecto propio sino que solamente eres un seguidor que compra todos sus libros y le sigue haya donde vaya, eres su fan. Y él tu ídolo.

Si algún día quieres interactuar de verdad con esa persona, si te gustaría colaborar en algún proyecto juntos (¿por qué no?) necesitas ser alguien. Tener tu propio proyecto. Algo que llame la atención. Único. Tuyo.

Está bien ahorrarse camino y aprender qué han hecho los demás para llegar donde están, sí. Pero llega un momento en el que tienes que soltar la mano de esta persona y seguir tú solo. Encontrarte tu bandeja de entrada todos los días con 20 correos sobre marketing de contenidos, visibilidad, atraer clientes, monetizar tu web, no está mal. Al principio. Llegado un momento tienes que seleccionar. Al final demasiada información es ruido. Ruido que molesta, que hace que te desenfoques. Si tienes que estar solo, hazlo. Libérate del móvil unas horas cada día. Pasa tiempo solo. Haz lo que tengas que hacer. Hazlo para ti. Sólo para ti. Seguro que si te interesa, también le interesará a alguien más.

Trabaja duro y crea conexiones. No trates a las personas que admiras como si fueras sólo un fan más. Trataos de igual a igual y si pudiera surgir una oportunidad de trabajar juntos, haz que eso suceda. No acoses. Crea algo interesante y muéstralo al mundo. Llegará el día en el que trabajes codo con codo con personas que realmente admires y será algo muy enriquecedor. Un aprendizaje común. Un proyecto juntos. O tuyo, pero serás tú. No un fan más.

¿Te has sentido así alguna vez?
Vamos hablando…