¿Dónde nos hemos metido estos dos meses?

Lo importante no es evitar el dolor, sino aprender a bailar entre las brasas.
Porque nos casamos con el compromiso, sacrificio y esfuerzo, pero jamás con el sufrimiento.
Porque para conseguir algo, la primera regla es disfrutar del camino. Si no nos lo pasamos pipa, ¡que paren el tren que nos bajamos!

¿Te gusta que te digan la verdad o prefieres que te regalen los oídos? ¿Con la excusa de la sinceridad te han hecho algún comentario hiriente que ha destrozado el mejor de tus días? ¿La confianza da asco o ser amigos hace que seamos más sinceros y podamos reírnos de nosotros mismos?

¿Eres perezoso por naturaleza? ¿Buscas excusas para quedarte echado en el sofá y no hacer aquello que realmente quieres hacer? ¿Se te pasan las horas y los días y no terminas de arrancar los proyectos que tienes en mente? ¿Por qué somos tan comedidos que no nos permitimos hacer todo aquello que soñamos? Bienvenido al club de los perezosos. En este episodio hablaremos de algunos trucos para salir, por fin, de nuestra zona de confort.

Existen muchos porsiacasos en la vida. Por si acaso fulanito se enfada dejo de hacer tal cosa, por si acaso llueve voy cargada con el paraguas, por si acaso mañana me muero me hago este seguro, por si acaso me dice que no mejor no le digo nada… 

Hay cosas que no podemos posponer porsiacaso, son las cosas que aportan valor y emoción a nuestra vida. Y hay otras cosas que sí que podríamos posponer sin que sucediera ningún dramón.

De estas cosas hablaremos hoy en nuestro episodio, que por si acaso mañana pasa algo, lo vamos a subir ahora prontito 😛

¿Has intentado ser quién no eres para encajar en un sitio en el que no querías estar? Hoy hablamos con Carochan sobre la autenticidad. Porque cuando fingimos ser otros, podemos llegar a sentirnos tristes, a no tener ilusión al levantarnos cada mañana y emprender nuestros proyectos. Perder la autenticidad es como perdernos a nosotros mismos, es como si nos pusiéramos un disfraz y nos autocensurásemos. ¿Cómo salir de ahí?

¿Dejas siempre todo para el último momento? ¿Te agobias un poco cuando tienes un plazo a la vista, pero no conoces otra manera de hacer las cosas? ¿Te repiten vez tras vez que tienes que organizarte mejor?